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sábado, 4 de diciembre de 2010

Juguetes y Juegos

Un lejano día, el dramaturgo alemán Federico Schiller escribió diciendo: “El ser humano no está completo, sino cuando juega”.

Los inicios de la vida la llevamos rodeados de juegos, la fraternidad con los amigos, los vecinos de la cuadra, los compañeros de la escuela. Se juega a la guerra, a la bruja y la princesa, se juega a competencias, se juega en equipo o se juega sólo imaginando.

En la infancia jugamos a imitar, jugamos a ser grandes, jugamos en un mundo desenfadado en el que no tenemos mayor preocupación. Las generaciones cambian las herramientas, los juguetes se modifican, pero la mayor arma que no ha cambiado es lo que se puede crear con la imaginación de un pequeño, esa que es capaz de transformar una caja de cartón en un enorme buque pirata.

Hoy en los aparadores vemos grandes autos que funcionan con baterías de autos reales, y pensar que antes lo que muchos deseábamos era tener uno de esos autos de pedales en el cual poder subirnos y desplazarnos por el patio. En lo particular de niño pude gozar de un auto de pedales tipo ambulancia que me regalo una hermana mayor, mismo auto con el que podía compartir las tardes con mis vecinos de cuadra, y lo único que era de pilas era la sirena de la ambulancia.

Los juegos del trompo, las canicas y el balero era otro más para pasar las tardes largas en diversión y en equipo, mismo grupo que era deshecho al son de los gritos de la primera madre del barrio, esa voz que indicaba y que nos hacia reflexionar (acaso no entendíamos) que el obscurecer significaba que la hora de volver a casa.

Como no recordar que entre los juguetes con los que nos daban la herramienta para divertirnos eran suficientes, sólo un complemento para nuestro mejor objeto: la imaginación.

¿Quién no tuvo algún día un coche de escala? De esos que venden en paquetes de 10 a más, o los venden a granel con diferentes modelos, y algunos preferidos que hasta le podíamos abrir las puertas y la cajuela, y que bastaba deslizarlos en reversa para admirar como se ponían en movimiento hacia adelante.

A las mujeres no les podía faltar su muñeca Barbie (que si esa muñeca envejeciera, ya nadie la comprara jeje), o los monos esos que cerraban los ojos al acostarlos. Del mismo modo los juegos para los hermanos más pequeños, esos que tenían botones con luces que al oprimirlos daban un sonido musical o alguna voz.

Además no podemos olvidarnos del triciclo, donde las tres ruedas nos brindaban la confianza suficiente para poder andar a toda velocidad pedaleando. Es cierto, no existían tantos juegos de video, a lo mucho uno que se denominaba atari.

¿Cuál fue tu juego preferido en la infancia?


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