Autor: Vida Yovanovich
Prólogo: Elena Poniatowska
"Yo ya me quiero morir... pero Dios no me quiere llevar, es porque estoy pagando mis culpas pero, ¿sabes qué?... Ya ni me acuerdo cuáles son."
Todos envejecemos, todos vamos a morir. Pocos sin embargo, se enfrentan a la vejez antes de que llegue. Al contrario, la fuente de la eterna juventud es una de las grandes obseciones de la humanidad e industrias enteras se construyen en torno a mantenerse jóvenes. No hay combate más tenaz y más desesperado que el de muchos hombres y mujeres por permanecer en la segunda edad.
Prólogo: Elena Poniatowska
"Yo ya me quiero morir... pero Dios no me quiere llevar, es porque estoy pagando mis culpas pero, ¿sabes qué?... Ya ni me acuerdo cuáles son."
Todos envejecemos, todos vamos a morir. Pocos sin embargo, se enfrentan a la vejez antes de que llegue. Al contrario, la fuente de la eterna juventud es una de las grandes obseciones de la humanidad e industrias enteras se construyen en torno a mantenerse jóvenes. No hay combate más tenaz y más desesperado que el de muchos hombres y mujeres por permanecer en la segunda edad.
El caso de Vida Yovanovich es insólito. Ella quiso verse a sí misma vieja antes de tiempo. Quiso mirarse en el espejo, quiso volverse una anciana en un asilo dejado de la mano de Dios. Quiso retratarse al retratar a otras.
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